Los soldados, por supuesto, se preocuparon por los presos; porque si un preso se escapaba, al soldado se lo consideraba responsable y podía ser ejecutado. De nuevo, fue la presencia de Pablo lo que salvó sus vidas. Tal como el Señor lo había prometido, todos llegaron a tierra a salvo, y nadie se perdió. Me imagino que Pablo había estado hablándoles del evangelio a sus compañeros en la nave y que algunos de ellos habían confiado en el Señor como resultado de esta experiencia. Lucas no nos da los detalles,
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